Verano sin plásticos: Activismo a pequeña escala
Lo que hay que preguntarse es: ¿Qué define a un activista?
Se trata de una persona que se involucra para que sus tareas no influyan de manera directa con el medio ambiente, además de liderar ciertas ideologías de no consumismo, reciclaje, promover la educación ambiental y el cuidado del entorno.
Mucha gente cree que solo Greta Thunberg o ciertas personalidades famosas son las únicas que pueden ser activistas. Y nada más lejos.
Por eso te presentamos: Activismo a Pequeña Escala. Una serie de consejos para que tú, en tu día a día, puedas aplicar los mismos métodos que un activista profesional y así aportar ese granito de arena que tanto ayuda al planeta.
Actividades sostenibles
¡Recicla! Es un gesto que muchos ya tenemos automatizado, pero es cierto que a ciertas personas aún les cuesta. No te preocupes, nunca es tarde para ello. Un buen método es tener muy bien separadas las basuras en casa, así, cuando necesites tirar algo, sabes que no se va a mezclar con el resto de residuos.
- Cambia el coche por el transporte público. Si tienes que desplazarte a un punto lejano, las mejores opciones contra la contaminación son los coches o autobuses eléctricos, en caso de que esta opción no sea viable, el tren y el metro son las alternativas más sostenibles (siempre que esté demasiado lejos para ir caminando o en bici).
- Contribuir a la reforestación. Plantar un árbol, un arbusto o plantas aromáticas en tu jardín, un parque o el campo es un gesto que la naturaleza agradecerá. Ayudas a repoblar una zona con poca vegetación y contribuyes a que, en unos años, albergue aún más vida.
Hay empresas, como Brushboo que nos ayudan a contribuir indirectamente. Por la compra de sus productos, contribuimos a la reforestación gracias a la iniciativa Plant for the Planet. ¡Y tú también puedes! Ya que, si adquieres cualquier producto de Brushboo, el 10% de los beneficios van destinados a esta organización.
Activismo en familia
La mejor oportunidad para convertirte en un buen activista es hacerlo junto a las personas que más quieres, tu familia. Educación, diversión y estrechamiento de lazos a partes iguales.
- Fin de semana al aire libre. La mejor manera de desconectar del trabajo y el estrés. Organizar un viaje en familia puede resultar algo tedioso al principio, pero cuando investigas sobre el destino, calculas bien la ruta y aprendes sobre su cultura, puede convertirse en una actividad de lo más placentera. Para enseñar a los más pequeños sobre la problemática del plástico, un buen método es planificar un picnic en familia y llevar cubiertos, botellas y pajitas de bambú. Te conviertes en alguien respetuoso con el medio ambiente y les muestras que se puede tener una mejor calidad de vida sin depender de los plásticos.
- Reciclaje para los pequeños (y no tan pequeños). Reutilizar ciertos materiales, como los plásticos, para convertirlos en productos más funcionales. Algunos ejemplos pueden ser macetas hechas con botellas de plástico, crear una balanza con una percha o mezclar elementos que estén rotos para formar uno nuevo. Puedes experimentar todo lo que quieras ¡No hay límite para la imaginación!
Es muy importante inculcar a los niños este tipo de ideas desde bien temprano, así serán más conscientes de todo lo que pueden aprender y hacer por el planeta.
Aunque todo esto parezca una tarea casi imposible para una sola persona, no te preocupes, con que cada uno aporte su pequeño grano de arena a la causa, ya genera un gran impacto positivo al medio ambiente.
¡Ayudemos al planeta juntos!