A medida que avanzamos en la primavera, las temperaturas empiezan a subir, el sol empieza a hacer acto de presencia y nuestra piel transpira más seguido. Estos son los efectos del verano que se aproxima; o tal vez el calentamiento global esté haciendo su trabajo. Sea cual sea la causa, podemos estar de acuerdo que estos elementos pueden tener un efecto negativo en nuestra piel y rostro, por lo que es necesario prepararnos de manera adecuada.
Además, es necesario tener en cuenta que durante todo el invierno y cierta parte de la primavera siempre hemos mantenido nuestra piel cubierta y protegida. Por lo tanto, aunque el sol es beneficioso para nuestra salud y para obtener nuestra dosis de vitamina D, este puede ser increíblemente dañino en la piel que no se encuentra debidamente fortalecida y preparada. Pero no te preocupes ¡Te ayudamos con algunos consejos!
Lo que debes tener en cuenta antes de exponer tu piel a los primeros rayos del sol
Como ya mencionamos, los rayos de sol son, en realidad, muy beneficioso para nuestra salud. Además de la vitamina D, también nos hacen producir serotonina, la hormona que nos hace felices. También nos ayuda a tomar color tanto en nuestro rostro como en nuestro cuerpo, a crear una capa protectora natural, saludable y, por último; nos brinda una gran cantidad de vitaminas necesarias para nuestro organismo.
Sin embargo, sobre todo si se trata de la piel del rostro, el sol puede ser dañino sin la correcta preparación. Se debe a que, como todos sabemos, cualquier elemento en exceso no es bueno. Además, dado que primavera e invierno suelen ser temporadas con poca exposición solar, en primavera nuestra piel puede encontrarse más sensible y desprotegida de lo habitual. Debido a ello, los primeros rayos de sol son mortales. La clave está en una correcta rutina de cuidados.
Una limpieza profunda, el primer paso para proteger la piel de los rayos solares
Mantener una piel limpia en importante para que al momento de recibir los rayos de sol; esta se encuentre totalmente fresca y libre de impurezas que los poros abiertos puedan absorber. Además, la limpieza también se encarga de eliminar las células muertas. El primer paso para iniciar un tratamiento de limpieza profundo en tu rostro es desmaquillarte. Para ello, puedes utilizar discos desmaquillantes o algún líquido limpiador, como el agua micelar.
Luego llega el momento de la verdadera limpieza, en la cual se recomienda usa un limpiador facial de base acuosa. Esto para eliminar los restos de impurezas que hayan podido quedar. A continuación, deberás exfoliar tu piel con discos exfoliantes o algún producto diseñado para este propósito. Esto se recomienda una vez a la semana y en menor tiempo si tu piel es sensible o seca.
Una vez que tu piel esté completamente limpia y exfoliada, no debes olvidar el tónico facial para cerrar los poros abiertos. Una receta muy popular para ello es emplear un tónico casero de agua de arroz. Ahora viene el producto que no todas emplean, pero que es muy necesario y efectivo en una limpieza; el sérum facial. Estos se encargan de hidratar la piel y prevenir la aparición de arrugas. Asimismo, también combate pequeñas manchas y líneas de expresión.
Hidratación y cuidado
Luego de la limpieza, viene nuestra parte favorita: la aplicación de una crema hidratante. Esta te ayudará a fortalecer tu piel para evitar la aparición de imperfecciones, aumentando la producción de elastina y todo tipo de elementos que te ayudarán a tu piel a combatir los rayos de sol. Lo primero que puedes considerar es un contorno de ojos, teniendo en cuenta que es la parte más fina y delicada de nuestro rostro. Se encarga de evitar la aparición de patas de gallo y arrugas.
Seguido de ello, es absolutamente necesaria la aplicación de una crema hidratante. En el caso de Brushboo, te ofrecemos la opción de optar por las versiones de día y de noche. La primera se encarga de ofrecer una hidratación prolongada, que te ayudará a combatir los efectos del sol en la piel. Por otro lado, la de noche ofrece una mayor reparación y restauración de tu piel, haciendo efecto mientras duermes.